Había una vez un niño llamado Isaac que estaba jugando con cuatro niños. Pero se les acabó la diversión cuando llegaron sus madres.
- ¡Vámonos, que es tarde! –gritaron sus madres.
Entonces recogieron sus juguetes, pero
se les olvidó el balón de fútbol.
- ¿A qué podemos jugar? –dijeron.
- Tengo una idea –dijo Isaac-, podemos jugar al escondite.
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